La falta de definición del alcance de la obra y la ausencia del control del proceso son los factores que mayormente contribuyen en la obtención de sobrecostos y atrasos en la ejecución de proyectos de construcción civil. Aún cuando los proyectos de construcción han existido desde tiempos antiguos, desde hace poco tiempo los investigadores operacionales han analizado los problemas gerenciales asociados con dichos proyectos. En la búsqueda de una metodología que permita programar y controlar las diversas actividades de una obra de manera tal que se logren los objetivos del proyecto dentro de un período definido y que esto a su vez genere un costo mínimo para la organización.
El principal problema que se presenta en la ejecución de una obra de construcción civil se produce en el momento mismo en que surge la idea del proyecto, es en el comienzo del desarrollo de las ideas donde se plantea el propósito del proyecto y los objetivos del mismo. Es en esta etapa en la que se tiene mayor oportunidad de evaluar los procesos por medio de los cuales la organización desarrollará sus metas y los recursos humanos, físicos y financieros con los que cuenta y tomar decisiones acertadas para la consecución de un proyecto exitoso.
Las empresas constructoras como organización se dedican mayormente al trabajo en campo, destinando gran parte de sus recursos a la ejecución de la obra y dedicando muy poco o nada de tiempo a la programación y control de la obra, la carencia de objetivos definidos y la falta de conocimiento de qué se va hacer y de qué se quiere lograr se traduce en un proyecto sin rumbo en el cual las personas partícipes del mismo no tienen un rumbo fijo hacia donde ir. Las diversas actividades del proyecto se van desarrollando conforme a la marcha por lo tanto la posibilidad de responder de forma oportuna a los imprevistos es casi nula. Se incurre en atrasos y soluciones que a largo plazo perjudica no sólo la culminación de la obra en el lapso estipulado sino que también se ve afectada la recuperación de la inversión.
La necesidad de las empresas de mejorar su efectividad y su relación con el ambiente y los cambios que en éste se presentan abre paso a la implementación de herramientas de planificación y gestión del tiempo en el desarrollo de proyectos. Esto permite tener un equilibrio entre las oportunidades y los riesgos en el proceso de ejecución de la obra. El diseño de un plan de ejecución ayuda a desarrollar metas y objetivos e identificar los principales problemas que se pueden presentar en el desarrollo de la obra; así como también se determina estratégicamente la asignación de los recursos del proyecto. En tal sentido, merece la pena dedicar tiempo a la planificación del proyecto ya que esta proporciona un marco de trabajo que permite a la organización hacer estimaciones razonables de recursos, costos y planificación temporal; las cuales se hacen dentro de un intervalo de tiempo limitado al comienzo de un proyecto, y se actualizarán regularmente a medida que progresa el proyecto definiéndose escenarios del mejor caso, y peor caso, de modo que los resultados del proyecto pueden limitarse.
Aunado a esto, cuando se habla de la inversión de la empresa en la ejecución de un proyecto, la programación de actividades permite conocer al detalle los recursos financieros que la empresa debe asignar a cada una de ellas, aunado a esto se tendrá definido en que períodos se requerirá mayor o menor flujo de inversión de capital. Esto aspectos desarrollados desde las etapas tempranas del proceso es muy ventajoso para la organización, la cual estará en capacidad de planificar las actividades, de manera tal que la inversión sea gradual durante el lapso de ejecución y no que esta se acumule en un punto crítico. De esta manera, se equipara el flujo de inversión con la recuperación de la misma. Ya en etapas avanzadas de ejecución permite evaluar constantemente el rendimiento económico de la obra.
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